Comienza el barbecho de otoño por tanto estamos a tiempo de diseñar una planificación anual para el control de malezas y determinar un plan de acción. En esta nota abordamos por qué necesitamos comenzar con pre-emergentes y la importancia de que su aplicación esté articulada dentro de un plan de trabajo.
Según relevamientos de Aapresid, ya en enero se contaban 27 tipos de malezas cubriendo 29 millones de hectáreas en el país.
O bien obligando a modos de acción ineficientes por tardíos, y que además inhiben la evolución de un registro adecuado.
Por lo que se vuelve imperativo el uso de algún pre-emergente, contemplando la acción sistémica y residual.
En Rotam creemos que es indispensable un trabajo articulado en etapas, y el punto de partida es el barbecho de otoño.
Para lograr una diagnosis de optimización constante y por tanto el incremento de beneficios, se hace ineludible la planificación para un trabajo sistemático.
Tratamiento secuencial
Es completamente distinto el escenario de malezas entre los casos que han aplicado un tratamiento residual y aquellos que no.
La rotación de herbicidad con distintos mecanismos de acción se vuelve clave tanto como la de los modos de acción en función de evitar la presión de selección.
Además esto nos brinda ventanas de tiempo para la acción residual de cada producto, optimizando los resultados y el bolsillo del productor.
De no hacerlo así, con seguridad estaremos aplicando soluciones de manera errática, tardíamente e inclusive, en algunos casos, de manera superflua.
Ya que por citar uno de los datos claves, no es homogénea la evolución de los lotes.
Sin registro no hay planificación
Si queremos optimizar, no sólo ya el rinde de la cosecha, sino el ratio entre la inversión y la ganancia, requerimos de un registro por lote.
Es imposible acertar qué herbicida/s, en qué dosis y en qué momento debemos aplicar, si vamos por un modo de acción generalizado.
Debemos conocer la evolución de las malezas particularizada por lote.
Por lo que, para una planificación adecuada, sea en libreta, Excel o en el celular, debemos llevar un registro que abarque años en el comportamiento de cada lote.
Qué tipo de malezas abundan (por ejemplo, rama negra, rye grass y nabo en invierno), ciclos de crecimiento, sospecha de resistencia, etc. Esto nos permitirá establecer con precisión qué herbicida utilizar en cada lote.
El conocimiento de dónde estamos parados en cada lote, qué estrategia de control se recomienda y en qué dosis, nos permitirá ajustar la inversión económica, no sólo en dinero.
Planificación: la mejor manera de diagnosticar
El punto es que contar con una planificación extendida en el tiempo y sistemática nos permite evaluar la evolución precedente del lote.
Ganando en pericia respecto de la diagnosis hacia adelante y determinar mejor, por tanto, los modos de acción a seguir.
Como vemos, el acopio del registro por lote arriba mencionado se hace esencial para una acción sistemática a largo plazo.
Hay que destacar la previsión climática para cada periodo como variable a cruzar con los datos del registro, como así también lo que tenga que ver con rotación de cultivos.
Se podría objetar que este tipo de seguimientos insume tiempo y recursos, encareciendo el proceso, pero siempre será más económico prevenir que curar.
Planificación a partir de otoño
Para una correcta planificación en la secuencia de tratamientos del año, el comienzo ideal es el arranque de los barbechos en otoño.
Ya que en esta etapa encontraremos malezas recién emergidas, es el momento ideal de identificarlas y estimar la cantidad presentes en cada lote.
Así mismo, recurrir a los datos recabados en primavera y verano pasado, considerando también el banco de semillas que pudieran haber dejado.
En función de lo observado tomar las mejores decisiones tanto respecto del herbicida adecuado para cada etapa de la secuencia como el tipo de manejo combinado.
Otro aporte que nos brindará una planificación, es estimar las cantidades adecuadas de producto a comprar, optimizando de vuelta nuestra inversión.
Tengamos en cuenta que de no tener planificación y registro, tampoco podremos saber cuáles herbicidas no nos dieron resultados para cada maleza.
Lo clave es comprender que junto con un adecuado monitoreo, necesitamos aprender la cultura de diseñar e implementar una secuencia continua de productos y manejos a largo plazo.
Esto evitará que las malezas erosionen el rinde de los lotes; a su vez mejorará gradualmente la sanidad de los mismos.
Por eso en Rotam Argentina estamos abocados a un desarrollo e investigación constantes de herbicidas específicos que se ajustan a la necesidad del productor.
Sulfomet y Tuken, en el caso del barbecho de otoño, son los indicados para combatir las malezas de invierno.